Los efectos negativos del trabajo por ordenador son numerosos, pero hay formas de minimizarlos. Entre ellos se encuentran los prejuicios humanos, la ergonomía y el estrés laboral. Además, siempre hay que cambiar de tareas de vez en cuando, para no esforzarse demasiado.
Productividad
La tecnología ha contribuido en gran medida a aumentar la productividad. Ha cambiado nuestros patrones de trabajo, facilitando la colaboración con otros y aumentando la eficiencia operativa. También ha aumentado la probabilidad de entregar los proyectos a tiempo. Sin embargo, estas mejoras pueden tener algunos efectos negativos. Por ello, es fundamental examinar el impacto de la tecnología en la mano de obra humana.
El trabajo por ordenador también puede suponer un aumento del estrés, especialmente para los empleados con menos formación. Además, los empleados están constantemente conectados a compañeros de trabajo, clientes y redes empresariales. Este estrés añadido puede ser difícil de manejar en el lugar de trabajo. Además, los oficinistas son interrumpidos por llamadas telefónicas, correos electrónicos y redes sociales cada tres minutos de media. Además, los oficinistas a menudo se encuentran con problemas que no saben cómo resolver, porque sus habilidades no están adaptadas a un entorno de trabajo basado en la informática.
Los ordenadores también pueden provocar una mayor pérdida de productividad en el lugar de trabajo. Los empleados que no poseen los conocimientos informáticos adecuados acaban perdiendo el 7,6% de su tiempo productivo. Aunque puede ser difícil cuantificar esta pérdida, un simple cálculo muestra que es sustancial. Sin embargo, es importante reconocer que esta cantidad de productividad perdida se suele subestimar e infravalorar, sobre todo porque la mayoría de los empleados no reciben ninguna formación informática durante sus tres primeros años de empleo.
El Departamento de Seguridad y Salud Laboral de la CWA completó recientemente un amplio estudio sobre el trabajo informático y la salud. Los investigadores encuestaron a casi 250 representantes de servicios, entre ellos miembros del sindicato de los locales 2150 y 2101. El estudio también examinó la correlación entre el uso del ordenador y el dolor de pecho. Los resultados indicaron que existía una conexión entre el estrés laboral y el dolor torácico entre los trabajadores informáticos.
El estrés en el lugar de trabajo
Es común que los empleados se sientan estresados mientras trabajan, pero la cantidad adecuada de estrés puede en realidad ayudar a los empleados a mantenerse concentrados y evitar cometer errores que pueden causar problemas graves. También es beneficioso para la salud mental de los empleados experimentar una pequeña cantidad de estrés, ya que esto puede mejorar su bienestar general tanto dentro como fuera del trabajo.
Los cambios que los ordenadores han introducido en el lugar de trabajo pueden causar estrés, sobre todo a los empleados que están acostumbrados a las rutinas. En un entorno remoto, los empleados pueden tener dificultades para desarrollar las mismas rutinas y sistemas que en la oficina. De hecho, casi la mitad de los trabajadores remotos móviles dicen estar estresados al menos una vez a la semana. Esta cifra es superior a la del trabajador medio de oficina, que experimenta estrés entre ocho y nueve veces al mes.
Además de aumentar la carga de trabajo, el trabajo por ordenador también requiere una mayor atención y concentración cognitiva. Esto puede provocar dolor de cuello y fatiga en los hombros. La posición de la cabeza y los brazos cuando se maneja un ordenador también puede aumentar la tensión en el cuello y los hombros. Estos factores también pueden provocar depresión y ansiedad.
Además, los empleados deben buscar atención médica si tienen síntomas de estrés. Una escala de estrés puede ayudar a determinar si un empleado corre el riesgo de desarrollar una enfermedad relacionada con el estrés. Una puntuación de estrés superior a 300 es indicativa de la necesidad de tratamiento. Un empleado sano es más productivo y contribuye más al bienestar de la empresa y de la comunidad.
Estrategias de adaptación
Las estrategias de adaptación pueden clasificarse como aquellas que intentan cambiar las propiedades físicas de un sistema minimizando sus efectos adversos. Estas estrategias incluyen el uso de la planificación de la conservación, las tierras protegidas y la conectividad. Algunas de ellas se dirigen a ecosistemas específicos y otras se centran en cuestiones de mayor escala, como la reducción de la exposición al cambio climático.
El objetivo de la adaptación es minimizar los efectos perjudiciales del cambio climático. Esto puede abarcar desde la subida del nivel del mar hasta fenómenos meteorológicos más intensos y frecuentes. También puede incluir el aprovechamiento de los efectos positivos, como el aumento del rendimiento de las cosechas en algunas regiones. La clave de la adaptación es encontrar un equilibrio entre los efectos negativos y positivos del cambio climático.
Los cambios en los regímenes de temperatura y precipitación también modificarán la demanda de agua. Los métodos actuales de gestión del agua probablemente no podrán hacer frente a la mayor demanda de agua. Por lo tanto, las estrategias de adaptación tendrán que abordar los efectos de los cambios en los regímenes de precipitación y el aumento de la evaporación. También deberán tener en cuenta los cambios en las funciones y servicios de los ecosistemas, como el agua potable y la pesca.
Las estrategias de adaptación para el trabajo informático deben tener en cuenta las condiciones locales. Dependiendo de la naturaleza de la amenaza, estas estrategias pueden requerir transformaciones significativas de las infraestructuras y los sistemas. Esto es especialmente importante en el África subsahariana y en el sur de Asia. Los gobiernos locales serán la primera línea de adaptación, desarrollando políticas y prácticas que aborden los problemas climáticos locales.
Temas similares